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  • Andrés Felipe Fonnegra

Rol de las empresas para alcanzar los ODS: ¿Realmente se está haciendo lo suficiente?


A lo largo de la historia hemos visto como la humanidad ha tenido que enfrentarse a diversos tipos de crisis, cuyos efectos nos han llevado a reflexionar no solo sobre la manera en que vivimos, sino también sobre los cambios que necesitamos hacer para poder garantizar nuestra subsistencia como especie en el largo plazo. Esta reflexión ha llevado a que surjan conceptos como el de desarrollo sostenible el cual fue definido en 1987 en el Informe Bruntland como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (Naciones Unidas, s.f.).


Con esto lo que se ha buscado es lograr un equilibrio entre el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección al medio ambiente. En otras palabras, el desarrollo sostenible permitiría no solo que se promueva la protección de nuestro planeta debido a la degradación causada por las actividades humanas, sino también que se pueda garantizar mayor igualdad y prosperidad para todas las personas. Gracias a este concepto han surgido cosas como los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el año 2000 y posteriormente los Objetivos de Desarrollo Sostenible también conocidos por las siglas ODS (SDG Fund, s.f.).


Estos últimos fueron adoptados inicialmente por los líderes mundiales en 2015 dentro de una nueva agenda enfocada al desarrollo sostenible (Naciones Unidas II, s.f.) y han sido aceptados de una forma mucho más amplia por la sociedad. Los ODS comprenden 17 objetivos dentro de los que se encuentran cosas como lo son ponerle fin a la pobreza y que se garantice salud y bienestar para todas las personas. De igual forma, también abarcan buscan cosas como que se dé una reducción de la desigualdad en el mundo y se adopten medidas para combatir el cambio climático.


A pesar de que el término “desarrollo sostenible” nació hace varias décadas, durante un tiempo bastante prolongado los temas asociados a este concepto fueron vistos como algo lejano no solo para la sociedad en general, sino de forma particular para el mundo corporativo. Sin embargo, en la actualidad hemos visto como estos temas cada vez están cobrando más relevancia y han empezado a incidir de forma directa en el mundo de los negocios ayudados en gran medida por la hoja de ruta que ha sido definida por los ODS.

Indudablemente para alcanzar los ODS aún falta mucho camino. Sin embargo, vemos como iniciativas que han buscado canalizar acciones en pro de los ODS desde el ámbito empresarial cada vez se ven más consolidadas. Tal es el caso del Pacto Mundial de la ONU que fue lanzado en el año 2000 como una plataforma de liderazgo para el desarrollo, implementación y divulgación de prácticas corporativas responsables y que desde 2015 también se enfoca en el cumplimiento de los ODS.


De las compañías que participan en esta iniciativa en la actualidad cerca del 90% de estas tienen acciones o políticas encaminadas a cumplir con los ODS. Esto no es un número menor si consideramos que la iniciativa inicio con 44 participantes y para el 2020 tenía dentro de sus miembros a 10,000 empresas y 3,000 organizaciones que no son de tipo comercial que se distribuyen en 160 países. No obstante, de todas las compañías que participan en esta iniciativa solo el 29% creían en 2020 que la industria en la que operan se estaba moviendo lo suficientemente rápido en la adopción de ODS (Naciones Unidas, 2020).


Estas dos cosas dan cuenta de la relevancia que han venido adquiriendo los temas de desarrollo sostenible en tiempos modernos. De igual manera, muestran como con el tiempo cada vez más crece la necesidad que tienen las compañías de tomar acciones encaminadas a que esto verdaderamente pueda lograrse. Estamos viendo como adoptar un enfoque que contemple el desarrollo sostenible dentro de los modelos de negocio de las compañías está dejando de ser un tema diferenciador y se está convirtiendo cada vez más en uno de los requisitos mínimos que deben tener las compañías para poder hacer negocios. Esto independientemente de la industria donde opere cada compañía.


Sin embargo, el hecho de que las compañías estén llevando a cabo acciones encaminadas al cumplimiento de los ODS no necesariamente significa que esto realmente este generando el impacto esperado. Esto se puede ver a partir de cosas como la herramienta de alineación de los ODS con la que cuenta MSCI ESG Research LLC. Dicha herramienta busca medir la contribución neta de cerca de 8,600 compañías para lograr el cumplimiento de los ODS con relación tanto a los productos como la operación de cada compañía (MSCI ESG Research LLC, 2020).


Esta medición no solo se realiza de forma individual para cada uno de los ODS, sino que a partir de eso también se realiza una medición respecto a cómo las compañías están contribuyendo a que se logren todos los ODS de manera general (MSCI ESG Research LLC, 2020). Al realizar la evaluación de manera individual la forma en que se clasifica cada compañía en las siguientes categorías, las cuales están de mejor a peor: fuertemente alineado, alineado, desalineado y fuertemente desalineado. De manera similar, cuando se evalúa la alineación general la contribución de las empresas a los ODS se usa la misma clasificación, pero se tiene también una categoría denominada como neutral o mezclado que se ubica en la mitad de la escala (Emelianova, 2020).


Si vemos la medición que se realizó en agosto de 2020 donde participaron 8,550 compañías es posible ver como hay un aporte considerable en algunos de los ODS, pero también existen otros ODS donde la contribución de las empresas se esta quedando pobre. Con esto se puede evidenciar que la mayor contribución se está dando en los ODS #8 que es el asociado a trabajo decente y crecimiento económico, el #5 que es el de equidad de género y #12 el cual se enfoca en producción y consumo responsables. Para estos las compañías que están alineadas o fuertemente alineadas fueron un total de 1,294, 1,092 y 970 respectivamente (Emelianova, 2020).


Por el contrario, vemos como existen ODS con los cuales ninguna compañía esta alineada como es el caso de #11 el cual esta enfocado a ciudades y comunidades sostenibles y el #15 que se relaciona a la vida en ecosistemas terrestres (Emelianova, 2020). Además de esto, vemos otros ODS donde la cantidad de compañías que no están alineadas con algunos de los ODS son considerables. Este es el caso de los ODS #12, lo cual es bastante particular dado que también es el segundo donde más compañías alineadas hay, pero también ocurre en los casos del #7 que se enfoca en energía asequible y no contaminante enfocado y del #13 que se encuentra asociado a tomar acción por el clima. Para estos ODS el número de compañías dentro de las categorías de desalineadas y fuertemente desalineadas sumaron en ese orden 748, 696 y 698 empresas (Emelianova, 2020).


No obstante, si vemos la medición en términos generales vemos que el panorama no es mucho más alentador. Aunque de las 8,550 compañías solo el 7.3% están clasificadas como fuertemente desalineadas y desalineadas, el 54.7% tienen una calificación neutral y tan solo el 38% de las compañías están clasificadas como fuertemente alineadas y alineadas (Emelianova, 2020). Aunque es claro que la contribución de las empresas para lograr los ODS es algo fundamental, esto nos muestra que las acciones tomadas por la gran mayoría de las compañías para contribuir al logro de los ODS o bien no son suficientes o están encaminadas en la dirección incorrecta.


En conclusión, hay que destacar que las empresas cada vez son más conscientes de que tienen que involucrarse con los ODS de una forma directa y cada día están más dispuestas a tomar acciones encaminadas a cumplir estos objetivos. Sin embargo, las cifras anteriormente expuestas son evidencia de que no todas las acciones realizadas por las compañías en este sentido son las correctas y que es necesario tomar acciones que realmente este alineadas a contribuir con el cumplimiento de los ODS. Esto no es un llamado a que las compañías dejen de realizar acciones asociadas a los ODS. Por el contrario, lo que se busca es incentivar a las empresas a que empiecen a evaluar el impacto real que están teniendo sus acciones en pro del desarrollo sostenible para que estas realmente sean efectivas.




Referentes:









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